Como cada Lunes Santo Sagunt se adentra una vez más en la conmemoración de la Pasión y Muerte de Nuestro Jesucristo. El Lunes Santo se conmemora el Encuentro Doloroso entre Jesús, representado por el paso de El Nazareno, y su Madre, representada en el paso de Nuestra Señora de la Soledad. El paso del Nazareno sale desde la Ermita de la Sangre a las 8 de la tarde y marcha por la parte este de la ciudad de Sagunt, recorriendo la plaza Mayor, calle Mayor, calle de Valencia, subiendo por la calle Camino Real hasta llegar a la plaza Mayor. Esta anda va acompañada por la Mayoralía del Año. En cambio la Virgen de la Soledad sale de la misma Ermita un poco más tarde, se dirige hacia el oeste, por la plaza Mayor, calle Capitán Pallarés, calle Teruel, plaza Distrito, calle Campoamor, plaza del Pí, calle José Lerma y calle Caballeros, hasta llegar a la Iglesia de Santa María donde espera la llega de su hijo. En esta parte de la procesión va la Mayoralía del Año Saliente.
El Nazareno llega a la plaza Mayor, la Soledad lo está esperando y empieza el verdadero acto de devoción. Se interpretan varias piezas musicales mientras la Soledad y Nazareno, siempre a hombros de sus portadores, se balancean en una noche mágica. El fervor del pueblo saguntino se mezcla; parece como si la fuerza necesaria para poder llevar en lomos el peso de toda una tradición fuera de todo el pueblo, que está pendiente de que la Soledad y el Nazareno estén cara a cara en el Encuentro más doloroso de toda la historia. El silencio de la gente es ensordecedor, todo el mundo respeta el silencio, y solo es cortado por el sonido de las Cornetas y los Tambores, y un grito pelón de «Puríssima Sang de Jesucrist» cuando las piezas musicales acaban y todos los cofrades, junto a las andas, empiezan a subir la calle Castillo hasta llegar a La Ermita de la Sangre, y así finalizar la primera de las procesiones emblemáticas de la Semana Santa Saguntina.