Sagunto, 26 de marzo de 2021
Viernes de Dolores
Queridos amigos cofrades y familias:
No estéis tristes. La imposibilidad de vivir en plenitud esta semana, estas fiestas, nuestras fiestas como hasta ahora lo habíamos hecho, hará posible que deseemos apasionadamente que lleguen las próximas con un sincero compromiso de vivirlas, como lo que son, únicas.
Estas fueron mis palabras el año pasado en el que, también a través de este medio, me dirigía a vosotros. Y lo hacía con la esperanza de no tener que volver a repetirlas, de vernos libres de esta maldita pandemia que, hoy como ayer, nos sigue doliendo, privando de nuestra libertad y, lo que es peor, nos sigue arrebatando seres queridos, cofrades queridos que, seguro, están intercediendo y cuidando de nosotros.
Nos equivocaríamos si cayéramos en el derrotismo al pensar que esto no tiene solución. También sería equivocado vivir con los brazos cruzados en un constante espíritu de queja. La Fiesta ha de seguir. Por ahora diferente, con limitaciones, con el peso doloroso de no poder expresar festivamente nuestra fe. Esta es nuestra pequeña cruz (seguro que otras mucho más dolorosas nos causan mayor sufrimiento).
El año pasado tuvimos que seguir las celebraciones pascuales por redes sociales. Estamos profundamente agradecidos a quienes lo hicieron posible. Este año se nos permite reunirnos, estar juntos y compartir un tiempo de plegaria, de celebración. Nuestras parroquias nos esperan porque el Señor quiere vivir esta Pascua con nosotros. Allí lo encontraremos.
La Pascua de Jesús es la revelación del compromiso de Dios para con los que nos reconocemos pobres y necesitados. Porque Cristo murió y resucitó, los que éramos ciegos vemos, los que éramos cojos caminamos, los que éramos leprosos, hemos quedado limpios; ahora oímos los que antes éramos sordos, ahora estamos resucitados los que antes estábamos muertos.
Y la liturgia de la Semana Santa representa los acontecimientos en que a todos se nos ha hecho esta revelación, nos permite participar en ellos, revivirlos, nos permite contemplar los misterios que nos salvan, aclamara a nuestro salvador, e imitar el amor con que se hizo para nosotros buena noticia de Dios.
Esta es mi invitación como Prior, y con ella la de mis hermanos sacerdotes: porque “la procesión va por dentro”, ¡venid a celebrar el amor de Dios!”. Él es nuestra vida y nuestra paz, nada ni nadie podrá apartarnos de su amor.
Gracias a todos los que hacéis posible “nuestra Fiesta”. Que el Señor os bendiga, os guarde y os mantenga en la esperanza de que al año próximo todo será distinto y mejor. ¡Seguro!
Víctor Camilo Bardisa Bito
Prior
PURÍSSIMA SANG DE JESUCRIST!